La influenza humana es la infecciosa
y todopoderosa industria cultural
que arranca el principio aclarador del enfermo.
Rompe y manipula lo naturalmente humano.
Lo domina y condena a perpetuidad en lo oscuro.
Tanto más se contraponga la falsa claridad,
mas se impone el omnipotente estilo actual.
Luces de neón que se configuran retorcidas.
Ruidosas en la oscuridad necesaria.
Analgesiareprimente el alumbrado público
que no ayuda a la clarificación.
Únicamente convence de un modo inconsciente,
de una claridad oscura,
de un mundo de garabatos de alambre
que navegan sin rumbo en su propia tiniebla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario