Náufraga en tus labios dulces,
perfumados, llenos de agua y remolinos
me dejo arrastrar por los giros que da tu lengua.
Se me revuelven las tripas.
Tirantes desde mi sexo todas las cuerdas.
La cajita de mi barco se traga toda el agua,
todos los cantos de los mares y los vientos
que vienen llenos de semillas y suspiros.
El vaivén deposita mis restos entre las algas
que baten su espuma sobre mi.
Me aferro a las rocas y a los nuevos brotes de vida
que ablandan los contornos jadeantes.
Es suave toda la ruina de mi barco.
Enamorarte de un mascarón...
La fusa
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