Es bueno que te vayas por otro camino, es bueno que sigas tu intuición,
es bueno ir donde quieres ir, es bueno estar donde deseas estar, es bueno
romper esos látigos que atormentan tu tiempo, es bueno seguir, caminar hacia
donde nadie te espera, donde nadie te conoce, donde nadie sabrá quién eres, ni
tú mismo. Completamente perdido en donde todos son iguales a ti pero ninguno se
reconoce en ti. Sigue y duerme dentro de ese sueño que atesora tu alma desde
hace años y baila esa danza que apenas recuerdas pero que no puedes dejar de
escuchar palpitar dentro de ti, mira lo que no has visto jamás, deambula descubriendo
lo que nadie hará si no lo haces tú, siente lo que no se siente al mirar una
fotografía, dentro de ella corre el colorido, hermoso, perfecto, con olor, con
sabor, con sonidos.
Es tan fácil abandonar ésta sensación tan dulce, este anhelo, el perfume
imaginario de lo que aun no se huele, de lo que permanece a una distancia prudente,
necesaria, liberadora. Hay perfumes que simplemente atrapan, yo ya lo sé, y es
por eso que no se deben oler, porque si los hueles, quedas prisionero por
siempre.
La fusa