sábado, 6 de junio de 2009

Conmigonía

Una mina pasea por la vereda y un tipo sigue el ritmo de sus glúteos escuchando reggaetón en su celular.

En la tele de la fuente de soda, un aborigen amazónico se aproxima a un jabalí imitando el canto de un ave para distraerlo.

Un tipo ronco se cuelga de la micro gritando CARTAGENAAA PUERTOOO, observando con sed la caja de monedas del chofer.

Y yo recuerdo a Jaime Rodriguez escribiendo…

OBSERVEN esa realidad que no se encuentra en las oficinas donde se cierran (y encierran) a firmar sus grandes negocios que nos debieran favorecer tanto y no lo hacen.


“Así es como acontece la creación de mi universo y lo que en él se contiene.”




miércoles, 3 de junio de 2009

Helechos


Dónde la humedad se guarda
asistidora y mansueta
y el resuello del calor
no alcanza a la Madre Gea,
suben, suben silenciosos
como unas palabras lentas,
en silencio suben, suben
estos duendes manos quietas.

Y cuando tienen la alzada
de la garza o el flamenco,
ya descansan y se quedan
latiendo de su misterio.
¡No pasar por ellos, digo,
dejarlos, que están durmiendo!
Porque sólo yo, fantasma,
ni los doblo ni los hiero.

Duerman los helechos altos
callados como un secreto,
sigan latiendo dormidos
así, callando y latiendo.


Óiganlos dormir, dormir
sin moverles un cabello.
Ellos no viven ni mueren,
sólo escuchan el silencio,
y con el silencio hacen
cosas que no conocemos:
sueño de niños o danzas
de unos enanos traviesos.
Quedan así entredormidos
custodiando su secreto
y tal vez mi propio sueño.

  


                                                                                                                  Gabriela Mistral



lunes, 1 de junio de 2009

Ojo de pez



qué verano, es este frio ruinoso poeta

calor hipocondríaco que no despierta puertos

dolidas las almas lentas por centenario dejas.


 historias de espinel

sonidos de cuchillo 

ojos de horror

desangrados  podridos


lágrimas chorrean violetas tripas

que verano más brumoso,

que verde más ruidoso hermanita.

 

las gaviotas arrolladoras, 

ahora malditas

te echan la soga al cuello 

cuando tu alma se agita


que soga más gruesa 

ata tu grito sofocado

cuerpo anclado 

a la venganza, flagelado

 

sumergidos irán todos a tu paso duro

aguas violentas profetizan 

tu remo inverso 

tu abrazo oscuro


 tus sueños perdidos de verano  encuentra

en la turbiedad profunda del remolino

ojo de pez en la pupila recién abierta

que llorado despierta al dulce trino.

Astor



Chirrido armónico de caracol raspado

Astor frotado gemido agudo y amado

compás grave del terror bajo

Salpicado de golpes y cuerdas encajonado

 

Atado de tensión planchón rígido y pesado

Bailarín de accidentes rocosos maltratado

Trapecista del precipicio sombrío y helado

Frágil existencia perduras en mi tiempo de ningún lugar pasado

 

Caes feliz en los riscos desgranado 

al regreso del suspiro


Busco tus ojos para llorar,

para dejar caer mis lágrimas fantasmas.

Sobre tu día, sobre tu carne de nieve amarga.

 

Lloro pequeña sentada en la oscuridad,

 donde pasa frente a nosotros la muerte,

llena de gracia, alado despojo azul real.

 

Respiro suave su viento arremolinado, sin miedo.

Todo cruje en el silencio de mi corazón,

Desatornillada me hundo en mi barco trulifusaflor.

 

Mi voz naufraga en la nada que ocultan los pinos,

bajo profundas raíces quedaré enterrada,

hasta que alguien encuentre la llave que has perdido.

 

Quien volverá a abrir la puerta nuevamente,

al regreso del suspiro,

al hueco infinito y vertiginoso en donde tú 

no has nacido.