Observo, tomo una foto,
pinto y dibujo en el agua
concentrando silencio.
Y se concentra.
Va navegando en los charcos de acuarela.
Juega entre los pelos del pincel
aferrándose y soltándose de
él.
Se arrastra y revuelca en la orilla de los charcos.
Transparente.
Dejo que suba por mi mano,
lo tomo, le saco los piojos,
le
lavo la carita y lo escribo
con tinta invisible debajo de cada imagen
en
que lo encuentro nadando.
La fusa