domingo, 26 de diciembre de 2010

El narrador


 
El amor condenado al fracaso de un malhechor,
amor trágico porque compromete de un modo a veces violento
toda la vida.
Porque perturba gravemente lo espiritual.
Así comienza su novela el narrador.
Espera que la noche termine, y los pájaros píen en los árboles,
permanecerá arrimado a su mesa.
Una luz tranquila sobre sus manos vela,
largas manos estrechas que parecen ahora dormir.
Y las páginas no aparecen,
ni un ruido en toda la casa,
del jardín sube el cuchicheo y los buenos olores de la tierra invaden poco a poco al puerto.
El amor condenado al fracaso de un malhechor...

Cada vez que está inquieto y respira el perfume venido de las profundidades del suelo,
se siente tranquilizado hasta en lo más íntimo de su ser.
Quizá sonríe por eso.
Su rostro asombrado de niño se hunde en las mejillas dibujando unas margaritas,
pero hay algo de herido en su mirada,
algo reprimido en sus labios, como si no hubiese dicho lo que debió decir.
Espera que la noche termine, y los pájaros píen en los árboles,
permanecerá arrimado a su mesa.
El amor condenado al fracaso de un malhechor...
Se cuida, si restringe aun más su corta ambición
y permanece fiel a su libro y a su jardín,
irá sin ruido
hacia una muerte honorable.
Que se oculte el narrador,
que deje que la vida pase cerca de él
como un gran río sonoro.
Que se oculte el narrador.





mr. green



" Mi propio nombre me arrojaba también a ensoñaciones sin fin. Se me hacía curioso que un conjunto de sonidos me designara de tal manera que, al proferirlos, se pudiera esperar razonablemente que yo acudiera. Y a riesgo de parecer un niño, no temo decir que este problema de la denominación de los seres y de las cosas ha conservado para mí todo su interés. No puedo evitar ver ahí la fuente aún muy mal conocida de una gran poesía. Ahora bien, casi todos los niños son poetas, es decir, tienen con frecuencia un sentido bastante profundo del misterio; están en un mundo un poco como extranjeros que llegan a un país en el que nunca habían puesto los pies, y miran a su alrededor con mucho asombro. El objetivo de la educación es hacer desaparecer poco a poco este asombro explicándole al niño el sentido de lo que lo asombra. Y poco a poco crece y se siente totalmente a gusto en un mundo en el que ya nada puede asombrarlo. Y así es como mueren los poetas. El poeta es esencialmente un hombre que ha conservado en el fondo de sí mismo el sentido del misterio y la capacidad de asombro. Para un gran poeta, el mundo es nuevo cada mañana. Todos fuimos grandes poetas cuando teníamos una edad de la que con trabajo nos acordamos, y cada vez que un aspecto del cielo, o del agua, o de la tierra nos sorprende y nos arroja en esa especie de tristeza agradable que es una forma del asombro, es el poeta asesinado el que se mueve apenas en su tumba. "


(Francia, 1900-1988)

Mi primer libro en inglés (fragmento)