sábado, 30 de marzo de 2013

Ven a dibujar la espuma - La fusa



Entras como la luz que sigue al razonamiento perfecto en el crepúsculo.
Las horas tintinean, circula la espuma, resplandece, explota el agua.

Como los dientes repletos de risa.
Salmuera brillante, eres imposible de dibujar.
Imposible como la inmensa lejanía de esa estrella que se aleja cada hora dejando un rastro blanco en la noche de cien años atrás.
La espuma me devuelve todas las otras noches en un instante, y se escabulle cuando aparecen los escalofriantes fantasmas del presente.
Los cuerpos tan suaves, tan tibios y agradecidos, mareados de tanto amor loco que todavía revolotea, juega con nosotros que no adivinamos, solo nos imaginamos víctimas de una juventud resbalosa sin el menor sentido moral, sin tierra, no imagina lo conocido, nos deja sin dirección, esperándo la eternidad que desaparece con nosotros.
Quedo repitiendo millones de veces en voz baja, ven y sacúdete la espuma en esta roca que te espera.
Ven alto, gordo, viejo o delgado, rabioso o desfigurado. Eres el galán principal de una ciudad repleta.
Baila para mí esa danza rara, insolente de campanario, celebra para mí como después de la guerra, ven que después de todas las generaciones y bailes sentiré que algo me falta, ven y quédate que estoy explotando hacia adentro olvidada, ni me reconozco, me quedo examinando la multitud de invitaciones prestando mínima atención al dolor cuando llego a casa.

La fusa