lunes, 3 de noviembre de 2008

CARTA ASTRAL AL DIRECTOR


Lo siento, lo siento mucho, pero yo no quiero ser profesora, ni esperar promesas de ascenso a gestora pedagógica o a directora de un colegio privado. No quiero el poder sobre la masa que abrigan los empresarios de la educación, manipulación pura, no quiero dominar ni conquistar a nadie, sino ayudar a todos los que me necesiten si fuese posible con mi trabajo, desposeídos, discriminados, olvidados, desheredados de la patria, porque yo como profesora de música soy y seré siempre en este país uno de ellos. Tenemos que ayudarnos unos a otros queridos compañeros, los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no hacerlos desgraciados. No queremos odiar ni despreciar a nadie. En este mundo hay sitio para todos. El camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo estamos perdiendo. La codicia envenena las almas, levanta barreras de odio, empujándonos a la miseria, a diario los noticiarios nos muestran desbordes humanos, asesinatos. Hemos ganado velocidad, pero nos encerramos en ella. La era tecnológica que crea abundancia para algunos deja en la necesidad a muchos. Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos; nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado y sentimos muy poco. Más que tecnología, necesitamos humanidad; más que inteligencia, tener bondad y dulzura hacia el otro. Sin estas cualidades la vida será violenta, se perderá todo. La internet y el celular nos acerca. La verdadera naturaleza de estos inventos exige bondad humana; exige la hermandad universal que nos una a todos. Ahora mismo, millones de seres desesperados, mujeres, hombres y niños, animales y naturaleza en general, víctimas de un sistema que mata vidas inocentes. Que desdicha padecemos, desesperanza y soledad. Pero la desdicha no debe ser nuestra, la desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y la amargura de humanos que temen seguir el camino del verdadero ascenso humano. El odio de algunos hombres y mujeres pasa, los dictadores caen, y el poder se le reintegra al pueblo. La esencia de la humanidad es la LIBERTAD, y mientras los humanos existan, la libertad no perecerá. ¡Profesores, no nos rindamos frente a estos hombres y mujeres egoístas, que en realidad nos desprecian, nos manejan con un sueldo, amedrentan con que la puerta es ancha y reglamentan nuestras vidas diciéndonos lo que tenemos que hacer y no hacer, qué pensar y qué enseñar!¡Les barren el cerebro a los niños, los ceban, prometiendo riqueza si paga por la educación! ¡No se entreguen a estos individuos inhumanos; hombres-máquinas con cerebros y corazones de máquinas! ¡No somos máquinas de cuentas alegres que le harán cambiar el AUDÍ cada año a un par de individuos! ¡No somos ganado! ¡Somos humanos! Llevamos el amor de la humanidad en nuestro corazón, ¡y no el odio! Sólo los que no aman odian; los que no aman y los inhumanos. ¡Profesores, no luchen por la esclavitud, sino por la libertad! Soy agnóstica, pero siempre ellos desde la religión nos dan discursos morales, nos exigen humildad servil, aquí les devuelvo este, en el capítulo 17 de San Lucas se lee: "El Reino de Dios está en el hombre", no en un único hombre ni en un grupo de hombres, sino ¡en todos los humanos!, ¡en nosotros! El pueblo, tenemos el poder, el poder creador, el poder de crear felicidad. Nosotros el pueblo, tenemos el poder de hacer esta vida libre y hermosa, de convertirla en una maravillosa aventura. ¡En nombre de nuestros hijos, utilicemos ese poder, actuando todos unidos! Los empresarios de la educación nos dicen: ¡Luchemos por un mundo nuevo, digno y noble, que la educación garantice para todos un trabajo digno, que dé a la juventud un futuro, y a la vejez, seguridad! Con la promesa de esas cosas, fieras egoístas han alcanzaron el poder. Pero, ¡mienten! No han cumplido sus promesas, ni nunca las cumplirán. ¡Los pequeños dictadores son libres, pero sólo ellos, esclavizan a su entorno humano! Todos deberíamos luchar para liberar al mundo, para derribar barreras morales, para eliminar la ambición, el odio y la intolerancia. Que la ciencia y los adelantos tecnológicos, nos conduzca a todos hacia la felicidad y la cohesión social, nuestro destino es la unidad. Jefa ¿puedes oírme? Dónde quiera que estés, ¡mira a lo alto, JEFA!¡Las nubes se alejan! ¡El sol está, aparece! ¡Vamos saliendo de las tinieblas oscurantistas medievales opus dei y legionarias de cristo hacia la luz!, ¡Caminemos hacia un mundo nuevo, un mundo de bondad, en el que los humanos se eleven por encima del odio, de la ambición, de la brutalidad y el mito! ¡Mire a lo alto señor sostenedor, arriba el cielo! Al alma humana le han sido dadas alas, y al fin está empezando a volar. Está volando hacia el arco iris, hacia la luz de la esperanza, hacia el futuro, un glorioso futuro que te pertenece a ti, a mí, a todos. ¡Miren a los alto señores del directorio, miren a lo alto, arriba solo el universo!. Somos casi nada en la cosa niuna, una anécdota en el tiempo... menos que un silencio de semifusa Cariños para todos los clinicos crónicos.

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