Me fumo el
aire de tu amor todas las noches,
mi peor enemigo eran los recuerdos,
pero ahora
que vuelvo a pasar por el corazón
observo la vida que se impone simple sobre el
aroma de este amor,
la humedad me hace brotar por todos lados.
Antes de que venga
la nostalgia nocturna
abro las ventanas de las habitaciones y el aire sube
lento la tarde.
Entonces me pongo a pintar la noche,
tan llena de sueños y motivos para seguir viviendo.
Dejo tranquilas
las ventanas, dejo que despidan su voluntad esas señoras
y vean que todo es
verdaderamente hermoso,
todo es bello y ocurre en silencio frente a sus propios
ojos.
A ratos entran
gritos de la calle cuando abro las ventanas,
eso entristece un poco las horas
en que dejo pasar los ventarrones,
extraño las vueltas revueltas,
entonces tomo toda la
ropa y la revuelvo en el suelo y luego pongo todo en su lugar.
Corto telas,
saco pinceles, elijo los colores y las formas del deseo
y huelo otra vez tu
perfume.
Envuelta en
el silencio vacío de todos mis cantos,
los lavo una y otra vez hasta que
aparezcan limpios de semen, lágrimas y sudores.
La fusa
No hay comentarios:
Publicar un comentario