sábado, 25 de febrero de 2012

La frase de la noche





No es la alegría, no es la amargura, no es la tristeza, 
tampoco humor puro, si cierta ironía que da mucha risa…


También les pasa, a otros insectos,
que de tarde en tarde cansados un poco de los baños de luz
quieren ser murmullo de vetustas ruinas.

Se acurrucan en un ritual húmedo y preciso
para construir la frase de la noche.

La metáfora del descubrimiento de algo, de una realidad sonora,
que hace sentir fascinación.

La frase de la noche…
Perturbadora y misteriosa.

Quienes se acercan desprevenidos a la vetusta ruina 

tienen que decidir:

-O son testigos presenciales de una verdad sonora, testigo de un lugar real, de una presencia.

-O el sonido es una mentira que brota de tanta ausencia.

Sonido interior, que se alberga dentro, entre aquellas tablas, oculto en medio de la noche y silencioso, para no ser descubierto por aquella cosa gigante.

No sé si viene de dentro o desde fuera.

Escucho lo de adentro o lo de afuera con el mismo interés, da lo mismo de donde venga, si es real o no, escucho con la misma intensidad con que se manifiesta el amor.

Sospecho que todos han estado ahí,
se que para ti no es necesario decidir.


Es simple escuchar y atesorar la frase de la noche.

Yo la llevo dentro, pero la entrego con un beso
y es como si el ritual húmedo y preciso de los insectos-murmullo
se convirtiera de pronto en el pulso frágil y eterno
de un amor incontenible.



La fusa

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