...divagando a orillas del mar,
por las calles y en otros lugares de paso,
noto con cuidado los grados de la luz,
el colorido del cielo y el mar,
la temperatura que le da al aire el árbol, el cerro o la nube.
Voy interrogando siempre los viejos peñascazos
que después recogí, y que ahora están pintados :)
siempre serán impasibles testigos
de la lejana aventura que emprendí...
Luego voy consultando los papeles,
las crónicas terroríficas de tele,
los cantos desvaídos.
Los leo como textos aprovechables
que pasaron de la mentira a la verdad de mi obra,
pero ya tamizados, transformados,
con el latido de mi vida.
Que va cobrando cuando alguien la recibe
el aliento de una deuda pagada
que entusiasma mis manos y mi corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario