sábado, 9 de agosto de 2008

LABERINTO


El poeta pregunta…

-¿Qué hay después de la muerte?

-¿Pueden imaginarce en ese límite?

Será casualidad o premonición, el haber estado justo la noche anterior dando vueltas al significado de las palabras:

(VIDA=origen=átomo=energía=ciencia=razón=pensamiento=pensador=mente=psiquis=psiquico=alma=espíritu=espiritualismo=materialismo=materia=realidad=existencia=
Existencialismo=existir=ser= ¿esencia o naturaleza?)

-¿Como explico la muerte si todavía no me explico la vida?

Estas ideas y vueltas hacen que me distraiga por algunos minutos, siento dolor de cabeza y garganta, seguro me enfermo de amigdalitis.

El poeta por telón de fondo inspirador suena música tradicional árabe, EKOVA “heaven’s dust”, me hace recordar "Passion" de Peter Gabriel, música incidental de “la última tentación de Cristo” Martin Scorsese.

Tengo curiosidad por EKOVA, tomo el pequeño librito que viene en el disco, hojeando rápidamente, muchas fotos de la vocalista y al final dos fotos pequeñas del resto de los integrantes, ella posee una gran belleza, las otras páginas contienen trascripción de las letras, de fondo al texto imágenes nítidas y difusas que llenan todo el espacio, otras pequeñas, que muestran distintos tipos de texturas y colores, telas estampadas, dibujadas, bordadas, teñidas, una pluma multicolor, colores sumergidos bajo el agua, instrumentos vernaculares y de concierto.


En la página central se leer lo siguiente:

*« La perception est le chant du monde. Le sommet de la montagne est le fond du puits. »

Vuelvo a la tapa…
La fotografía no es clara, parece un trozo de calle sombrío por donde corre un río de sangre disfrazado de blanco por el reflejo del sol, esta imagen y el trance de la música me hacen recordar que el otro día soñé que era hombre y que iba manejando un auto a toda velocidad, lloro en mi carrera suicida, voy distraído sollozando mi amargura, miro hacia delante pero solo veo las imágenes que me han llevado hasta este punto de oscura tristeza, de pronto mi auto impacta, como lo deseaba, pero mientras presencio los últimos momentos de mi vida, me siento arrepentido y triste, de no haber sentido más amor por la vida y mi vida.


Ahora estoy en una camilla, ensangrentado, confundido, desnudo y solo, en la parte trasera de una ambulancia seguro de que el momento de mi muerte se acerca.

Los paramédicos sostienen una entretenida conversación, rien a mi lado indiferentes, y yo sin poder hablar, la boca se me llena de sangre que aspiro y me ahoga, ellos siguen hablando y riendo, tengo miedo, todo se oscurece y siento como mi corazón late al galope inflandome la garganta, recostado en mi sudor escucho los tambores que me llevan de este mundo, el pulso aumeta y mi cuerpo arde, suda como en una danza ritual, pero estoy en mi cama, no me he ido aún, agitada, impactada y viva.

*« La percepción es el canto del mundo.
La cima de la montaña es el fondo del pozo.”

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