lunes, 19 de enero de 2009

pf!

No solo la escuela uno está cagada, polvorienta y pasá a burra.
Bajando calle Arturo Prat el olor a raja es insoportable, la gente arranca de la tortura familiar y se arroja a las calles a pasear los estropajos tirantes y las mechas tiesas peloechoclo. La calle huele a poto colectivero, a congrio fuerte y a perro mojao, todo esto mezclado al vómito de curao y la meca seca de viejo rancio que no se limpia el poto y que le da de comer su mierda churretiá a los perros. 
Los niños se secan las gotas de sudor y quedan con la cara llena de barro, las manos negras marcadas en las cortinas de latas descascaradas y gracientas. La fritanga se quema y la masa seca de la empanada de marisco, le babea cremosa al sapo de la micro por las comisuras, que salta salpicando a las viejas que van agachadas para que no les caiga en la boca cuando el sapo grita: Cartagena el quisco! Con voz de perro viejo, que camina reseco y triste por la calle Pedro Montt. El weonaje chorea a las seis de la tarde, da rabia el Legüino rancio que se queda en la plaza tomando chela y fumando monos paseando la frazada en el hombro mientras los niños se lavan la carita en la pileta meá. Da rabia el viejo hinchapelotas que pone la música a toa raja en su equipo zenzazorraun armonizando a la micro destartalá que parte a Cartagena rugiendo su peo negro, da rabia la vieja weona que pasea el perro tiritón dentro de una bolsa, da rabia el viejo qliao que al pasar mira las tetas con care caliente. Da rabia el gesto facista del aweonao que se cree anarquista rayando la pizarra piñufla que quiso tener la fusa para hacer clases de música en el escombro terremoteao que es la Requete vieja Escuela Uno.

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