martes, 21 de abril de 2009

Jiddu Krishnamurti


Jiddu Krishnamurti

 " La verdad es una tierra sin senderos. El humano no puede acercase a ella a través de ninguna organización, de ninguna secta, dogma, sacerdote o ritual, ni a través de algún conocimiento filosófico o técnica psicológica.

Tiene que encontrarla a través del espejo de las relaciones, a través de los contenidos de su propia mente, de la observación y no a través del análisis intelectual o la disección introspectiva. El humano ha construido en sí mismo imágenes como una valla de seguridad–religiosas, políticas, personales. Estas se manifiestan en forma de símbolos, ideas, creencias. La carga de estas imágenes domina el pensamiento humano, sus relaciones y su vida diaria. Estas imágenes son la causa de nuestros problemas ya que dividen a los humanos.

Su percepción de la vida esta moldeada por conceptos ya establecidos en su mente. El contenido de su consciencia es su entera existencia. Este contenido es común en toda la humanidad. La individualidad es el nombre, la forma, la cultura superficial que él adquiere a través de la tradición y el ambiente. La unicidad del humano no reside en lo superficial sino en la libertad absoluta del contenido de su consciencia, la cuál es común en todos los seres humanos. Así el no es un individuo. 


“La libertad no es una reacción; no es una elección. Es la pretensión humana de creer que por tener elección es libre. La libertad es pura observación sin dirección, sin miedo al castigo, sin recompensas. La libertad existe sin motivo; la libertad no está al final de la evolución del hombre sino que reside en el primer paso de su existencia.

 

Al observar, uno comienza a descubrir la falta de libertad. La libertad se encuentra en una consciencia no escogida en nuestra existencia y actividad diaria. El pensamiento es tiempo. 


"El pensamiento nace de la experiencia y el conocimiento, los cuales son inseparables del tiempo y el pasado. El tiempo es el enemigo psicológico del hombre. Nuestra acción se basa en el conocimiento y por tanto en el tiempo
, así el hombre siempre es un esclavo del pasado.

El pensamiento es siempre limitado, así que vivimos en constante conflicto y lucha. No hay evolución psicológica. 


“Cuando el hombre se vuelva consciente del movimiento de sus propios pensamientos, verá la división entre el pensador y el pensamiento, el observador y lo observado, el experimentador y lo experimentado.

 

Descubrirá que esa división es una ilusión. Sólo entonces hay pura observación en la que no existe sombra del pasado ni el tiempo.


Este eterno “insight” trae consigo una profunda y radical mutación en la mente.

 

“La negación total es la esencia de lo positivo. Cuando hay negación de todas esas cosas que el pensamiento ha ocasionado psicológicamente, solo entonces hay amor, que es compasión e inteligencia.” 


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