sábado, 9 de mayo de 2009

FABULA





"Los cerditos del frente"


Cuento pa' despertar al nehuén.

Perrito guardián.

Érase una vez la historia de 3 desafortunados cerditos que la gente llamaba, los cerditos del frente.

Un buen día llegaron al mundo tres cerditos muy bonitos, nacieron en un corral frente al océano que se encontraba en un lindo cerro, propiedad de la familia Sinónimo, estas lindas y orejoncitas criaturas, al principio no fueron mal nacidas, los cerditos fueron muy afortunados de nacer en una granja tan bonita y segura como la de los Sinónimos, ubicada frente al océano pacifista.

Todo el mundo conocía al cerro como “El cerro Alegre”, por el espíritu alegre y festivo de sus habitantes. Allí los cerditos dieron sus primeros saltos en el fango, sin sospechar el destino real de sus fugaces y embarrados pasos.

El cerro le pertenecía a la familia de los Sinónimos, como ya dije, ellos eran los más antiguos habitantes de la ciudad de San Antónimo. Los Sinónimos compartían sus tierras con las demás familias, y las familias las labraban cediendo parte de sus cosechas al señor Sinónimo, es por eso que todos en Cerro Alegre tenían una linda huerta.

Toda la gente del cerro se conocía bien y disfrutaban de la naturaleza, del mar, de los pastizales, las mariposas y las flores. Los terrenos que los sanantonimoninos cultivaban eran tan grandes que todo lo que sembraban era cosechado en abundantes cantidades, eran muy bien aprovechadas las tierras por toda la comarca, ellos compartían sus productos sin usar dinero de por medio.

Las familias cultivaban diversas especies de hortalizas, frutas, verduras y legumbres; y otros se dedicaban a la pesca artesanal. El intercambio de alimentos era fluido y justo. El puerto de San Antónimo era un hermoso lugar, lleno de aves y animales marinos que dormían siesta en las rocas, niños que vibraban felices a la orilla del mar o subiendo y bajando el cerro por senderos que desde el mar, a lo lejos se podían divisar.

Un buen día, llegó frente a la casa de los Sinónimos, un colorido circo. Los niños con curiosidad visitaron a los artistas y rápidamente se hicieron amigos de ellos, los niños quisieron aprender las artes del juego, así que comenzaron a tomar clases con los malabaristas y trapecistas, tragafuegos y monociclistas. Más tarde con las músicas, bellas mujeres que enamoraban con sus melodías a los habitantes del cerro.

Todos los artistas del circo eran muy filósofos y espirituales, pero tenían que comer, y no poseían huerta para intercambiar alimentos, así que tuvieron que hacer la propia. En poco tiempo, los brujos místicos del magnífico verdor, sumado a la ayuda de los niños y vecinos, tanto cariño y cuidados les dieron a las plantitas, que todo el lugar reverdeció y se vio más bonito de lo que era antes.

Pero a la familia Sinónimo le molestó este progreso, ellos son raros, decían, miren, se parecen a los sanantonimoninos, pero no trabajan para nosotros, y como se visten, van haciéndose amigos de todos, eso no puede ser, no puedes ser amigo de todo el mundo, ellos manipulan a la gente y nos quieren quitar lo que nos pertenece, además no trabajan ni se organizan como nosotros.

Pero los del circo no se daban cuenta del injusto descontento que crecía en el egoísta corazón de los Sinónimos, los del circo solo sabían amar, y amaron a San Antónimo desde el primer momento, porque eran diferentes y sencillos como ellos. Es por eso que los artistas no excluían a nadie de las funciones que día a día realizaban para la comunidad, todo el mundo quería participar de la alegría del circo.

Satisfactoriamente pasó el tiempo, los cerditos fueron creciendo día a día, más y más, pero los Sinónimos discutían también cada día más, peor, discutían frente a los cerditos, toooodos los días, cualquier cosa que hicieran los del circo para ellos era insoportable, sobre todo si el público era numerosamente feliz. Las discusiones perturbaron a los cerditos, que comenzaron a quedar sordos poco a poco. Hasta que un día quedaron sordos completamente. La sordera los hizo crecer de golpe, y un día sin darse cuenta, amanecieron sin remedio viejos y torpes.

Aquel día, papá Sinónimo salió a ver el mar y descuidó su corral, los cerditos huyeron sin sentido de orientación por el cerro a deambular. Salieron corriendo libres y contentos sin dirección, pero el colorido del circo les llamó la atención.

Todos los días miraban desde el corral la singular felicidad y armonía que vivían los habitantes del circo, ellos sí que se divertían, en cambio los cerditos sin libertad vivían, encerrados siempre en su corral pero mal no comían, así que emprendieron la marcha hacia la escuela de artes que ahí nacía.

Pero al pasar por la huerta, los cerditos quisieron comer un poquito, no vieron ni leyeron el cartel que decía, “entre las plantitas que están naciendo y duermen, caminar con cuidadito!”, no sabían leer, pero tampoco vieron los pequeños palitos y piedras que protegían a los vegetales.

Así, torpemente, los cerditos del frente entraron arruinándolo todo. Mordisquearon las lechugas, escarbaron la tierra y se tragaron muchas zanahorias que aún no estaban lo suficientemente grandes para ser cosechadas, y como estaban sordos no escuchaban a los niños que les decían que salieran de ahí, que las manzanas estaban muy verdes para morir.

Cuando se dieron cuenta los artistas del desastre, ya toda la huerta estaba arruinada y los cerditos del frente reían felices de ver la tristeza en la cara de los artistas, porque vieron en sus rostros su propia tristeza, tristeza que los hacía tan parecidos a los Sinónimos.

Los artistas de todos modos invitaron a los cerditos del frente a participar de la función, porque ellos comprendían que ellos tenían mucho que aprender.

Los cerditos del frente rieron todo el día y dejaron todo sucio el circo, hasta que llegó muy enojada la señora Sinónimo a buscarlos, haciéndolos entrar a palos al corral, diciéndoles, ustedes son cerdos y viejos, qué hacen entre los niños y los jóvenes, cerdos mugrosos?!

La señora Sinónimo estaba muy enojada y encerró con celo nuevamente a los cerditos prohibiéndoles salir, los cerditos entraron al corral sin oponer resistencia, pues las malas palabras de la abuela ya no eran escuchadas.

Los artistas meditaron por un día junto a toda la comunidad sobre aquel acontecimiento, pusieron nuevamente todo en orden y decidieron mantener la huerta sin cerca.

A la semana siguiente, los cerditos volvieron a huir, imaginaron que sus dueños los perseguían con afilados cuchillos queriendo atentar contra sus vidas, así, corrieron hacia el circo para protegerse destrozando la huerta otra vez.

Los artistas volvieron a reunirse, pero esta vez con los cerditos, reconociendo todos que los cerditos necesitaban y tenían derecho a un espacio propio en el circo, que les pudiera servir para reunirse a jugar en el barro. Con afán los cerditos del frente lo decoraron con lodo y paja acomodados, estaban felices, se sentían protegidos en aquel lugar prestado.

Pero nuevamente volvieron a la huerta sin permiso, arruinándolo todo, pero esta vez con mayor magnitud, todos estaban molestos, las músicas dejaron de cantar y otros decidieron irse del lugar en busca de uno mejor, lejos del desastre intencional de los cerditos del frente, qué contradicción.

Y nuevamente se reunieron los artistas a pensar filosóficamente el descontrol, los cerditos del frente reían y reían, entonando una burlona canción, rugían, rugían a todo pulmón, ellos, sordos imaginaban que no, que eran inaudibles sus lero leros y amenazas de matón.

Al oír a la bruja del bosque decir, saquemos a las manzanas podridas del cajón! el PROFETA que aguardaba silencioso su momento, se pronuncia diciendo no señor, aquí no se excluye a nadie compañera. Y, a nadie, repitió al unísono el montón, se quedarán los cerditos del frente, porque lo quiero yo y no porque me invada el temor. No ganamos los artistas, ni los cerditos pierden, aspiremos a la unidad, por favor.

Y sin que todos ellos se den cuenta de que son un cuento de papel, alguien escribe lo siguiente en el fin que no es el fin para remover.

¿Niños, quieren ser cerditos o artistas?

Ustedes crearán el final de esta historia, que será enseñanza perfecta para los grandes y chicos que día a día construyen esta memoria.

PD: Lean este cuento a los niños chicos y viejos, escriban el final aquí que brote del corazón imaginario.

Cariños a mis hermanos y hermanitas de la Nueva Escuela 1

La fusa


*Ejercicio pedagógico cosmogónico o intento de comprención de la realidad.

Pedagogía del oprimido, Paulo Freire.

Que tiene su origen en el Teatro del oprimido de Augusto Boal.

Teatro del oprimido: Juego de roles que se habrán de respetar según se determine el final del juego.

5 comentarios:

Ariel Lito Farias dijo...

los cerditos se apoderaron de todo lo bueno, los niños un poco aburrido pescaron unos palos hicieron un corra, les dieron de comer hasta que estuvieran mas gordos...Hasta que llego el dia D, hicieron una fogata mataron a los cerditos le sacaron todo...Pero no se los comieron porque creian que la maldad podia apoderarse de ellos...



te quiero fusa :)

POPO dijo...

Al escuchar al profeta, todos los artistas entendieron que sacando las manzanas podridas no ayudaría en nada, solo seria una marginalización y una guerra constante. los 3 cerditos, reflexionaron; vivir libres y ser responsables con su libertad o vivir mirando de un corral. Aprendieron al final a vivir en comunión, para que fueran aceptados, por un fin común “ LA COMUNIDAD” por que al final los artistas y los cerditos…tienen algo que aprender de uno del otro. Con respeto.

Saludos, fusa.

Karlita Paz! (promueve el uso de Fideoscaina) dijo...

Los cerditos fueron examinados por los niños y el resultado fue una fiebre de cerditos, que no les permitía pensar de manera adecuada y por eso sus reacciones eran tan chanchas...
Los niños como no tienen el alma revuelta los ayudaron a mejorarse, para que todo marchara de maravilla,los cerdos a punta de medicamentos filosóficos y fideoscaina lograron encontar la sanación. ...
El circo resplandeciente reabrió sus puertas para cerditos del frente, cerditos de atrás, cerditos de adelante,sin discriminar ninguna clase social cerdistica! ...

:)

Anónimo dijo...

un dia perdido en el tiempo de los lejanos bosques llega un tipo de dudosa procedencia y reputacion y al ver la situacion de los artistas decide alludar se hace amigo de los cerditos de manera neutra y de esta forma los hace reflexionar y pensar acerca de su propiio actuar. al final los cerditos comprender su nociva forma de actuar y mejoran su actitud y todos viven felices hasta que...

Anónimo dijo...

los aristas del circo al verse atrapados por la cituacion deciden actuar y k mejor forma k cambiando todo a su alrededor tanto asi k los cerditos ya no reconocian el lugar asi en la distancia de su patetica existencia observaron a la distancia mientras todos eran felices ecepto ellos