No ir a la reunión porque
los grandes son dentro de la vida
imágenes
que están más allá de los personajes.
Se
debaten entre el sueño y el delirio
en
el drama de un tiempo que es bruma de espejos
o sapos
que saltan hacia adelante cuando en el estanque ven sus reflejos.
Envejeciendo
así sus genes en la eternidad.
Buscan
a cada segundo aquello que está más allá
de
la permanencia y del asombro de la creación
que
puede ser rescatada entre los basurales de la pena,
que
se puede recoger como historia de aventuras subterráneas
con
nombres inventados, angustias, rostros, memorias.
Por
qué quedarse un día de verano dentro
de
maderas repasando los mismos objetos,
las
mismas miradas de habitación donde se acuesta la misma sed.
Las
maderas y sus animales prisioneros,
los
trapos vacíos de viento y los árboles que usamos
para
encerrarnos dentro cuando las ráfagas de viento más allá
nos
llaman al éxtasis del jardín que usaremos para seguir viviendo.
La fusa
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