La Templanza
Vierte el ángel su medida
entre fuego claro y río,
ni exceso ni desvarío
turban la sangre encendida.
Toda pasión contenida
aprende a ser armonía;
no niega, ordena la vía
del pulso y su movimiento.
Quien se gobierna por dentro
bebe paz cada día.
La Fuerza
No vence el golpe ni el ruido,
vence la mano serena;
la fiera baja la pena
al sentir su pulso herido.
El valor más escondido
no grita su potestad,
pues la mayor dignidad
es domar la propia suerte.
Más fuerte que dar la muerte
es vivir en libertad.
El Mago
Sobre la mesa del mundo
alza su verbo primero,
une el cielo con lo entero
y hace lo invisible hondo.
Todo comienzo es segundo
si no hay fe en el nombrar;
crear es saber mirar
la chispa en lo cotidiano.
Dios cabe en la abierta mano
de quien se atreve a empezar.
El Diablo
Dulce cadena dorada
abraza al deseo ciego,
ríe el miedo, arde el fuego
en promesa envenenada.
La sombra nunca es forzada
si el alma quiere dormir;
nadie obliga a consentir
el reino de la apariencia.
La llave de la conciencia
está en saberse elegir.
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